“Son una invitación abierta al desastre”: David Reber Jr., CSO de NVIDIA, sobre los botones de apagado remoto en chips de IA

“Son una invitación abierta al desastre”: David Reber Jr., CSO de NVIDIA, sobre los botones de apagado remoto en chips de IA

¿Y si un chip de inteligencia artificial no pudiera encenderse si está en el lugar equivocado? Esa es la idea que empieza a circular con fuerza en Washington: exigir que las GPU de última generación incluyan mecanismos que impidan su inicialización si han sido desviadas de su destino autorizado. La lógica detrás de esta propuesta es simple —al menos sobre el papel—: si un chip no puede arrancar, no puede ser usado. Pero la implicación es mucho más profunda.

No es ningún secreto que Estados Unidos quiere evitar a toda costa que esta tecnología acabe impulsando el desarrollo armamentístico chino, y algunos legisladores creen que el control debe estar integrado directamente en el hardware. En ese contexto, NVIDIA, uno de los principales fabricantes globales, ha alzado la voz.

“No lo tienen. Ni lo tendrán”: la postura oficial de NVIDIA

La respuesta no se hizo esperar. David Reber Jr., director de seguridad de NVIDIA, publicó un mensaje contundente: “Nuestras GPU no tienen interruptores de seguridad. Y no deberían tenerlos”. Reber defiende que integrar ese tipo de mecanismos en el hardware sería un error estratégico, un riesgo de seguridad en sí mismo y una amenaza directa a la confianza global en la tecnología estadounidense.


“Integrar de forma permanente un ‘kill switch’ en un chip es otra cosa completamente distinta: un fallo estructural fuera del control del usuario y una invitación abierta al desastre. Es como comprarse un coche y que el concesionario se quede con el mando a distancia del freno de mano, por si algún día decide que no deberías conducir. Eso no es una política sensata. Es una sobrerreacción que dañaría irreversiblemente los intereses económicos y de seguridad nacional de Estados Unidos”

No es una postura improvisada. Para NVIDIA, abrir la puerta a funciones de control remoto equivale a crear una vulnerabilidad permanente, un punto débil que podría ser explotado por actores hostiles.

El contexto es clave para entender el movimiento de NVIDIA. Durante el último ejercicio fiscal, China representó un 13% de los ingresos de la compañía, unos 17.000 millones de dólares. Sin embargo, esos números están en juego. Las sucesivas administraciones estadounidenses han endurecido las restricciones a la exportación de chips como los H100 o A100, alegando motivos de seguridad nacional.

Aun así, esos chips siguen llegando a China, muchas veces a través de canales no autorizados. Y ante ese escenario, hay quienes creen que la única forma de cortar el problema de raíz es introducir un control a nivel de silicio.

Uno de los nombres propios detrás de la propuesta más radical es Bill Foster, congresista demócrata por Illinois y exfísico de partículas. No es un recién llegado al mundo del hardware: diseñó chips durante su etapa científica y ahora lidera una propuesta legislativa que busca imponer nuevos requisitos técnicos a los fabricantes.

El pasado 6 de mayo, Foster declaró que su intención era exigir a los reguladores estadounidenses la implementación de sistemas que permitan rastrear chips y evitar su puesta en marcha si no cuentan con la licencia de exportación correspondiente. El proyecto de ley fue presentado formalmente el 15 de mayo. Aunque no menciona de forma explícita la desactivación remota, sí plantea la “implementación de mecanismos de seguridad para chips” como vía para detectar casos de contrabando o el uso indebido de circuitos avanzados.

Una ley que no lo dice todo, pero lo insinúa casi todo

El texto del proyecto no entra en detalles técnicos sobre cómo debería funcionar cada mecanismo, pero sí marca una dirección clara. Plantea que los chips cubiertos por la ley —es decir, aquellos sujetos a licencias de exportación— deberán incluir “mecanismos de seguridad” capaces de ayudar a detectar casos de contrabando o uso indebido. Además, exige que estos sistemas no puedan ser desactivados o alterados fácilmente.

La ambigüedad del texto abre margen para interpretaciones, pero deja clara una intención: que el control deje de depender solo de aduanas y empiece a estar integrado en el propio silicio. En cualquier caso, la posición de NVIDIA no es sencilla. Por un lado, debe cumplir con las restricciones impuestas por Estados Unidos. Por otro, sabe que perder el mercado chino sería un golpe enorme.

Recientemente se aprobó la exportación de los H20 como parte de un acuerdo comercial. Sin embargo, su llegada al mercado chino no se ha materializado como se esperaba: hay retrasos asociados a la obtención de licencias y al proceso de autorización burocrática.

Mientras en EEUU se debate cómo controlar el destino de los chips, China sigue avanzando en la dirección opuesta: desarrollar los suyos. El objetivo es claro y no es nuevo: reducir la dependencia tecnológica de Occidente, especialmente en componentes críticos como las GPU. Pero una cosa es la estrategia a largo plazo y otra la realidad actual. Y la realidad es que China, de momento, sigue necesitando los chips de NVIDIA, sobre todo en plena carrera global por la inteligencia artificial.

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“Son una invitación abierta al desastre”: David Reber Jr., CSO de NVIDIA, sobre los botones de apagado remoto en chips de IA

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Xataka

por
Javier Marquez

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